Economistas plantean reajuste entre 2% y 5% en salario mínimo y negociación por sólo 1 año


PORTAL INMOBILIARIO – Los expertos sostienen que el actual ciclo económico es complejo para pensar en un incremento mayor a ese rango nominal. Además abogan por avanzar en fijar criterios técnicos para despolitizar la discusión.

El escenario de menor crecimiento por el que atraviesa la economía, sumado a la incipiente alza del desempleo reflejada tanto en la encuesta del Centro de Microdatos de la Universidad de Chile, con un 9,4% en marzo para el Gran Santiago, y la del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), con un 6,3% a nivel nacional en enero-marzo, son variables que sin duda estarán sobre la mesa para la negociación del salario mínimo que debería comenzar a fines de mayo o principios de junio. Todo esto considerando que el 1 de julio debe comenzar a regir el nuevo valor.

Además, otro insumo será la propuesta que entregó a fines de diciembre del año pasado la Comisión Asesora Salarial, de un reajuste real (por sobre inflación) de 2,2% promedio anual, junto con el incremento en el mismo nivel de los subsidios a sectores más vulnerables.

Se debe considerar que ésta será la primera negociación después que en 2014 los ministerios de Hacienda y Trabajo, junto a la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), establecieran una fórmula de incremento gradual de reajuste, que a principios de 2016 llevó a $250 mil (con alzas reales de 2,5% en junio de 2014, 2,4% en junio de 2015 y 1,7% en enero de 2016) el salario mínimo.

Con todo lo anterior de contexto, economistas consultados señalan que el reajuste de salario mínimo debería fluctuar en esta ocasión entre 2% y 5% nominal. Asimismo, descartan que sea una buena idea volver a negociar por más de un año, ya que el escenario hacia adelante es de incertidumbre, por lo que no recomiendan que se amarre un determinado monto o reajuste.

Joseph Ramos, académico de la Universidad de Chile, señala que “los parámetros para fijar el salario mínimo son siempre los mismos: inflación futura, productividad laboral y luego está el factor de cuánto es lo que se está dispuesto a sacrificar empleo por subir el salario mínimo”. Esta vez para Ramos, en un ambiente “con una economía floja y desempleo en alza, se debería reconsiderar el monto, por lo que lo más recomendable sería tener un reajuste del orden de 4% a 5%”.

Para el ex subsecretario de Economía y actual académico de la universidad Mayor, Tomás Flores, “lo prudente es considerar la inflación a doce meses que muestre la economía cuando se comience la discusión, y en ese sentido, es probable que el IPC se ubique en torno a 4%”. A ello, Flores le agrega el comportamiento del mercado laboral y las remuneraciones, por lo que ve factible un alza en torno a 5% nominal.

En cambio, Hermann González, economista principal de BBVA, argumenta que se “debe considerar la inflación acumulada al primer trimestre que debería andar en torno a 2%, por lo que el salario mínimo debería subir en un 2% nominal, pasando así de los actuales $250 mil a $255 mil aproximadamente”. Esto, añade el experto, tomando en cuenta además que el salario mínimo ya subió a inicios de este año.

Por su parte Cecilia Cifuentes, economista de LyD, afirma que “si se quieren seguir las recomendaciones que hicieron los expertos para fijar el salario mínimo, éste no debería subir más allá de 2% a 3%, ya que se debe considerar lo que ha pasado con la inflación en este primer semestre y con la productividad laboral de los trabajadores”.

Guillermo Pattillo, académico de la Universidad de Santiago, sostiene que “el reajuste deber considerar la proyección de inflación futura en torno al 3%, para que los trabajadores no pierdan el poder adquisitivo, ya que si fuera por productividad, éste no tendría mucho espacio para crecer”.

Negociación sólo por un año. Sobre la posibilidad de que se vuelva a negociar por más de un año, tal como sucedió en 2014, los expertos coinciden en que no es una buena fórmula, puesto que el escenario economía internacional está con bastante incertidumbre. Por ello, recomiendan que se vea año a año, o bien establecer criterios técnicos que se activen automáticamente y así despolitizar el debate.

En este contexto, Ramos indica que “es bastante complicado en estos momentos negociar por más de un año, puesto que no se sabe con certeza cómo será el próximo año, puede que siga débil o bien puede que tenga una mayor holgura”. En tanto, Flores añade que por esta misma incertidumbre”la probabilidad de que nos equivoquemos nuevamente es muy alta”.

González agrega que se “deberían fijar criterios automáticos que se vayan activando año a año como el crecimiento, productividad e inflación. Debiéramos avanzar en esa dirección para tener una negociación mucho más eficiente”. Misma opinión entregó Cifuentes, ya que para ella lo que se debería hacer “es acordar una fórmula de cálculo para un período más largo. Por ejemplo decir, el salario mínimo se reajustará de acuerdo a la productividad y la inflación futura por los próximos tres años. Eso es lo razonable, pero no comprometerse con montos”.

 

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Fuente: Portal Inmobiliario, 10 de mayo de 2016

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