Cuenta Pública Comisión de Productividad: 17 estudios, 400 recomendaciones, de las cuales 44% han sido acogidas


Con el objetivo de dar cuenta a la ciudadanía de la gestión realizada por la Comisión Nacional de Productividad (CNP) desde el 2015, año de su creación, esta mañana el presidente de la CNP, Raphael Bergoeing,  rindió la primera cuenta pública de la entidad, donde partió por subrayar la importancia de la productividad en el crecimiento económico de un país, bienestar y calidad y de vida de las personas. 

Para dar contexto de la trascendencia de la productividad, el secretario ejecutivo de la CNP, Rodrigo Krell, partió por enfatizar que ésta no se puede subestimar  y que ha mostrado una preocupante desaceleración desde el año 2000. De hecho, en los últimos años, su contribución al crecimiento promedio anual ha sido de tan solo 0,1%. Durante la década de 1990, el crecimiento promedio anual de la productividad estuvo en torno a 2,3%. 

Subrayando el tema del bienestar y calidad de vida, Raphael Bergoeing, insistió que “de haberse mantenido este ritmo, el país tendría un nivel de ingreso per cápita superior en un tercio al actual y, por ello, una calidad de vida mejor. En efecto, en los países más productivos las personas tienen acceso a más tiempo libre y a bienes más variados, de mejor calidad y a menores precios; los salarios reales son más altos, y el mayor ingreso permite, normalmente, financiar más y mejores servicios públicos. Además crecen sostenidamente protegiendo el medio ambiente, porque usan menos recursos naturales”, recalcó.

También se refirió a algunos hallazgos emanados de   los estudios realizados por la CNP. En este sentido, apuntó a las brechas de productividad. Explicó que las empresas grandes en Chile tienen mayores brechas con sus pares de países OCDE, que las micro y pequeñas. “La CNP concluyó que a nivel de empresas, existe una brecha importante de productividad (valor agregado por trabajador) con los países desarrollados, pues en promedio, las empresas de países de la OCDE tienen una productividad 2 1⁄2 veces mayor a la de las empresas chilenas. Y aunque durante los últimos diez años la productividad en Chile aumentó más entre las empresas de mayor tamaño, la mayor brecha de productividad con empresas de países de la OCDE se da entre las empresas grandes. En efecto, éstas en países desarrollados son tres veces más productivas que las empresas grandes en Chile, mientras que las micro y pequeñas empresas de los países de la OCDE, muestran el doble de la productividad que sus pares chilenas. 

Por otra parte, agregó que “apenas el 5% de las empresas en Chile explican el grueso del crecimiento del empleo y productividad durante el 2005 al 2015. Estas empresas “gacelas” (cuyas ventas crecen sobre 20% al año por 3 años o más), explican por si solas el 75% del crecimiento del empleo y el 88% del crecimiento de la productividad del periodo antes señalado. Esto evidencia el rol fundamental que cumplen en la expansión de la actividad económica, y la importancia, por tanto, de facilitar y promover el escalamiento de las empresas de menor tamaño”, afirmó.

Una de las posibles razones de la desaceleración en la productividad en Chile a partir de la década pasada, es la falta de competencia en mercados locales. Bergoeing enfatizó que “la OCDE ha destacado que el ambiente competitivo en Chile es débil, comparado con países más desarrollados, lo que se traduce en menores incentivos al emprendimiento y menor reasignación de recursos hacia empresas más eficientes”. Añadió que esta situación “se ha generado, en parte, por excesivas regulaciones que actúan como barrera al desarrollo” (por ejemplo, las restricciones al cabotaje marítimo internacional), aunque valoró avances recientes como una reducción en los costos para iniciar empresas, la nueva ley de quiebras, y reformas a leyes de libre competencia.

En cuanto a los desafíos que se plantean para el Estado de Chile, Bergoeing advirtió “que Chile no cuenta con un sistema regulatorio de calidad, entendido como uno eficaz, eficiente y coherente para el desarrollo de inversiones”. Considerando lo anterior, recalcó que una recomendaciones estructurales de la CNP es cambiar la forma en que se definen, diseñan y evalúan las normas. “Esto incluye un proceso permanente de revisión de la regulación vigente, con activa participación del Estado y el sector privado, y crear una entidad enfocada en la calidad de las políticas públicas, con mandato de constante monitoreo y apoyo en el proceso de diseño e implementación de la nueva regulación”, aseveró.

También se refirió a la realidad que enfrenta Chile a raíz del COVID-19. En este sentido deslizó la posibilidad de que una vez terminada la pandemia sanitaria, Chile enfrente  una pandemia laboral (en términos de que no recuperemos los empleos que hoy no están disponibles). “Hoy Chile produce lo mismo con un millón menos de personas trabajando. En los datos estamos siendo más productivos, pero por la razón equivocada, porque la gracia de ser más productivos,  es producir más con menos horas trabajadas, no con menos empleo, sino incluyendo a todos los que quieran participar del mercado laboral”, explicó. 

Advirtió que los avances en tecnología, “pueden significar que se produzca más con menos personas trabajando, y que en este punto hay un gran desafío: tomar esa posible realidad, hacer que esas tecnologías que están permitiendo que sustituyamos trabajo, se complementen con el mismo, y así terminar finalmente con más personas ocupadas. Pero esa situación no es azarosa, depende que se tomen las decisiones correctas ex ante (anticipada).  Hay un  desafío  mayor, que es la educación continua, la capacitación y los problemas que tiene Chile en esta materia”, detalló.

“La aceleración en la adopción de nuevas tecnologías, asociadas con el teletrabajo, la inteligencia artificial y la robótica, deberían generar oportunidades para mejorar la eficiencia agregada, aunque también representan un reto para la capacitación, de modo de complementar el trabajo para aprovecharlas”, agregó.

Impacto de la CNP 

Durante la rendición de la Cuenta Pública también se refirió a los aspectos más relevantes de los 17 estudios y cerca de 400 recomendaciones propuestas por la entidad. En este sentido y a modo de ejemplo, mencionó parte de las propuestas de la CNP que han sido recogidas por el gobierno e incorporadas en la legislación actual. 

A raíz del impacto de la pandemia en la atención programada, el Ministerio de Salud tomó medidas en octubre 2020, en línea con lo propuesto por esta Comisión acerca de la extensión del horario de uso de pabellones y priorización de la lista de espera. 

Recomendaciones asociadas al estudio “Revisión regulatoria en sectores estratégicos” (2019) fueron consideradas en el Marco de Entendimiento para Plan de Emergencia por la Protección de los ingresos de las familias y la Reactivación económica y del Empleo entre el Ministerio de Hacienda y la Comisión de Hacienda.

Otro propuesta de la CNP acogida por el gobierno fue establecer por ley que los programas del Gobierno, en su etapa de aprobación, contengan una evaluación (ex– ante) de los probables efectos sobre la productividad de la iniciativa.

Elevar la participación laboral femenina por medio de la socialización del costo de cuidados de dependientes sin distinción de género, reemplazando  el artículo 203 del Código del Trabajo por un sistema que financie o provea salas cuna de calidad, gratuitas para todos los hijos de hogares uniparentales o de parejas en que ambos trabajen o estudien, independiente del tamaño de la empresa o del número de mujeres que trabajen en ella. 

La recomendación relativa a desarrollar un marco normativo Fintech que cubra todo el sector, incluyendo servicios provistos por LEGAL PI, fue recogida por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), entidad que generó un documento consensuado con los distintos actores generando las bases de una regulación Fintech. 

La propuesta que planteaba reconocer la telemedicina como modalidad de atención general y no como prestación de servicios sanitarios, se acogió a través de una normativa que reconoce a la telemedicina como una modalidad

Uno de los estudios en donde se visualiza menos avance en el estado de cumplimiento de sus recomendaciones es precisamente en el primer estudio efectuado por la Comisión Nacional de Productividad sobre “Productividad en la Gran Minería del Cobre”. Chile es uno de los países mineros más importantes del mundo y esta situación se sustenta tanto en su excelente potencial geológico minero como en las condiciones favorables para la inversión. Un aspecto fundamental en torno a la propiedad minera es la utilización efectiva de la propiedad constituida. Una propiedad concesionada pero no explorada ni explotada no aporta riqueza al país. Más aún, la concesión obliga al dueño a desarrollar la actividad necesaria para satisfacer el interés público que justifica su otorgamiento. No obstante, el entramado legal vigente permite el uso de concesiones con fines distintos al desarrollo minero por lo que se aprecian importantes espacios para mejoras. La situación descrita en el estudio, reduce el potencial minero del país y su productividad futura, al obstaculizar la inversión en exploración minera por vía de mantención de concesiones de explotación mediante el pago de una patente anual de bajo valor (y reducible a un tercio), lo que incentiva a que estas puedan ser utilizadas con fines diversos a los propiamente mineros. 

Las soluciones contempladas en el estudio tienen como objetivo permitir la liberación de áreas para la exploración y facilitar la rotación entre los titulares de concesiones mineras, accediendo a la entrada de agentes eficientes y revitalizando la actividad de los agentes presentes. Lo anterior debe ser acompañado por una mayor disponibilidad de información geológica, y de un mayor acceso al financiamiento de las empresas más jóvenes. En este sentido, el estudio contempla dos grupos de recomendaciones en orden de complejidad. Todo ello conjuntamente considerando que la tendencia generalizada comparada internacional es hacia el amparo mixto de la concesión minera mediante patente y trabajo.

Finalmente, Bergoeing concluyó señalando que “el hecho de que varias de nuestras recomendaciones hayan sido recogidas y consideradas, por distintos gobiernos, demuestra que la productividad es un tema transversal y de largo plazo, que está sobre el ciclo político partidista, y que puede acabar beneficiando a todos.


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