13/Ene/2018
- Al mismo tiempo, la estimación de la CNP en cuanto al crecimiento de la productividad sin el sector minero, está entre 0,2% y 0,9%.
- Informe destaca que empresas grandes en países desarrollados son tres veces más productivas que las empresas grandes en Chile, mientras que las micro y pequeñas de los países de la OCDE, muestran el doble de la productividad que sus pares chilenas.
- Documento de la CNP, destaca que apenas el 5% de las empresas en Chile explican el grueso del crecimiento total del empleo y productividad durante el 2005 al 2015.
Esta mañana el presidente de la Comisión Nacional de Productividad (CNP), Joseph Ramos junto al secretario ejecutivo de la entidad, Alfie Ulloa, dio a conocer las cifras del Informe Anual de Productividad de la CNP, que estima una caída para el año 2017 entre -0,7% y -0,1%, resultado muy influenciado por la caída del sector minero. En el mismo cálculo, excluyendo al sector minero, muestra un aumento modesto entre 0,2% y 0,9%.
Joseph Ramos precisó que la CNP ve con preocupación la desaceleración de la productividad desde el año 2005. Explicó que “aunque la caída en la productividad minera explica parte importante de la desaceleración de la productividad de toda la economía, la no minera también muestra una desaceleración preocupante, aunque menos aguda: desde 2,4% en el quinquenio 2000-2005 a 0,9% o menos para los quinquenios 2005-2010 y 2010-2015, y para los dos últimos años, 2016 y 2017.
Detalló que durante el 2016 “vemos que la desaceleración de la productividad es transversal a casi todos los sectores de la economía: cuatro de los ocho sectores (minería; industria; electricidad, gas y agua; y comercio, hoteles y restaurantes) presentan caídas de la productividad.
El informe de la CNP incluyó dos estudios especiales: el primero sobre la productividad y su evolución por tamaño de empresa y el otro de cómo varía la estimación, según se usen distintos métodos de medición.
Empresas grandes en Chile tienen mayores brechas de productividad con sus pares de países OCDE, que las micro y pequeñas.
El informe precisa que a nivel de empresas, existe una brecha importante de productividad (valor agregado por trabajador) con los países desarrollados, pues en promedio, las empresas de países de la OCDE tienen una productividad 2 ½ veces mayor a la de las empresas chilenas. Y aunque durante los últimos diez años la productividad en Chile aumentó más entre las empresas de mayor tamaño, la mayor brecha de productividad con empresas de países de la OCDE se da entre las empresas grandes. En efecto, éstas en países desarrollados son tres veces más productivas que las empresas grandes en Chile, mientras que las micro y pequeñas empresas de los países de la OCDE, muestran el doble de la productividad que sus pares chilenas.
Por otra parte, vemos que apenas el 5% de las empresas en Chile explican el grueso del crecimiento del empleo y productividad durante el 2005 al 2015. Estas empresas “gacelas” (cuyas ventas crecen sobre 20% al año por 3 años o más), explican por si solas el 75% del crecimiento del empleo y el 88% del crecimiento de la productividad del periodo antes señalado. Esto evidencia el rol fundamental que cumplen en la expansión de la actividad económica, y la importancia, por tanto, de facilitar y promover el escalamiento de las empresas de menor tamaño.
La segunda parte incluyó un aspecto metodológico de cómo varia la estimación del crecimiento de la productividad, según diferentes métodos de medición. Encontró que se dan diferencias de hasta más de un punto porcentual anual, según distintos métodos para medir calidad de mano de obra, equipos y stock de capital y la subutilización producto del “ciclo” económico. No obstante, todas las mediciones concuerdan en la fuerte y persistente desaceleración observada desde el 2000.
Desafíos para la política pública.
Al respecto señaló que “existen obstáculos que frenan nuestro desarrollo. Por ejemplo: i) frenos estratégicos como el desaprovechamiento del capital humano y la elevada dependencia de exportaciones de unos pocos recursos naturales o los escasos esfuerzos en investigación y desarrollo; ii) frenos microeconómicos y fallas de mercado, como regulaciones inadecuadas o excesivas, mercados poco competitivos, entre otros; iii) frenos institucionales, como un Estado pesado y burocrático; iv) frenos macroeconómicos, en un contexto de menor expansión global y preocupación por la desaceleración reciente de la productividad en los países desarrollados; v) problemas de gestión en el mundo privado, donde Chile aparece muy por debajo de los países desarrollados en materia de calidad de manejo gerencial”.
Finalmente destacó que “la evidencia de una relación positiva entre productividad y bienestar social es contundente, por lo que urge revertir su desaceleración”.