Estereotipos culturales son la principal barreras

La Segunda

01 de septiembre de 2016

 

«Venía escuchando en una radio en que decían que yo participaría (en el seminario). Y el comentario de las dos personas que dirigen, que son muy entretenidos y simpáticos ­siempre se burlan del Gobierno pero de modo simpático, entonces es más grato­ decían que este seminario estaría lleno de lugares comunes. La verdad es que de alguna manera ésa es una mirada discriminatoria de lo que puede significar discutir sobre mujer y participación laboral». Con esta anécdota la Presidenta Michelle Bachelet describió en un seminario sobre el aporte de la mujer al mundo laboral, organizado por la Comisión Nacional de la Productividad e Icare, cómo estereotipos culturales discriminatorios para la mujer, están profundamente arraigados en la sociedad chilena.

Un escenario muy diferente al que se vive en países nórdicos, según anécdotas contadas por la propia Mandataria. Un señor en Dinamarca le contó que en su casa el planchado era una tarea de hombres y un niño en Finlandia le dijo quecreía que el cargo de Presidente de la República era femenino, debido a que toda su vida vio a una mujer en la primera magistratura. Sin embargo, en Chile no sólo los estereotipos llevan a la mujer a estudiar carreras más ligadas a las ciencias sociales o educación –y por consiguiente peor remuneradas–, según expuso la directora ejecutiva de Comunidad Mujer, Alejandra Sepúlveda, sino que la participación femenina es baja, debido a la carga que tienen ellas respecto del cuidado de los hijos y adultos mayores.
Cambios legales

Por lo mismo, uno de los temas más recurrentes del seminario fue la necesidad de que Chile adopte una mayor corresponsabilidad en el hogar y que se hagan cambios al Código del Trabajo, comenzando por el artículo 203, que pone en la mujer la responsabilidad parental.

A ellos se suma que muchas veces los hombres se restan voluntariamente de actividades consideradas como «femeninas». De hecho, al cierre del seminario, una de las directoras de Icare –institución que fuee cuestionada por incluir pocas mujeres en sus eventos–, Vivianne Blanlot, dijo: «Invitamos a muchos hombres líderes en sus empresas y organización, pero por alguna razón nos cuesta lacearlos».

Pero, ¿cuál es el impacto de un aumento en la participación femenina? El presidente de la Comisión Nacional de Productividad, Joseph Ramos, expuso que si el país elevara su participación laboral femenina desde el 48% actual a un 60%, 900 mil personas ingresarían al mundo del trabajo, lo que significaría un incremento del PIB per cápita de alrededor de un 6% y una recaudación para el Estado en impuestos de 1,2 puntos del PIB.

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Fuente: La Segunda, 01 de septiembre de 2016

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