13/Nov/2024
- Dada la envergadura del gasto hospitalario en fármacos y dispositivos médicos, que en 2023 alcanzó los 1.500 millones de dólares —equivalente al 2% del gasto operativo del Gobierno Central y al 25% del presupuesto destinado a bienes y servicios—, el análisis de la CNEP identifica que para abordar dicho escenario, uno de los focos principales debe ser , robustecer el proceso de compra y gestión de hospitales.
- Cabe precisar que el ritmo de crecimiento de dicho gasto para el período 2018-2023 supera al de población y también al del gasto operativo del gobierno central, siendo para el primero un 23%, para el segundo un 15% y para el tercero un 19%.
- Entre 2018 y 2023, la proporción de personas mayores de 60 años se elevó de 16,6% a 19,2%, lo que impacta en mayor demanda de servicios de salud y recursos públicos. De ahí, que optimizar las compras y gestión de fármacos y dispositivos médicos, será clave para garantizar la sostenibilidad del sistema de salud en el largo plazo.
- Si bien el proceso de compra de medicamentos y dispositivos médicos que realizan los hospitales se compone de varias etapas en las que interactuán múltiples factores, un componente clave son los “comités de farmacia” (grupo de profesionales de los hospitales que selecciona la gama disponibile de medicamentos e insumos a los que se puede acceder). La CNEP propone medidas para optimizar su labor: mejorar la transparencia y fundamentación de sus decisiones, gestionar posibles conflictos de interés y apoyar la toma de decisión basada en evidencia.
- La CNEP identifica una importante diferencia de más de 50% en los costos de fármacos y dispositivos médicos usados en ciertas cirugías entre hospitales de la red. La paquetización de actividades hospitalarias, especialmente en cirugías de baja complejidad, es una estrategia con éxito comprobado internacionalmente que permite reducir estas brechas. Se basa en definir un conjunto estándar de fármacos y dispositivos médicos a utilizar en la atención, lo que ayuda a reducir costos, minimizar desechos y mejorar la planificación de compras y programación sin afectar los resultados sanitarios.
- Respecto a los canales de compra que los hospitales utilizan para adquirir estos insumos, la CNEP identifica espacios para aprovechar mejor las alternativas disponibles, aumentando la resiliencia de la red y la eficiencia del gasto.
- En este sentido, la compra de los hospitales que es intermediada por la Central de Nacional de Abastecimiento (CENABAST), si bien presenta beneficios respecto al ahorro que genera (130 millones de dólares en 2023), también aumenta la dependencia de la provisión de un insumo transversal en la red a un único proveedor, aumentando el riesgo de afectar la continuidad de la atención ante la interrupción del suministro por causas sanitarias. La adjudicación múltiple o el uso del canal de ‘Convenio Marco’ permitirían aumentar la resiliencia de la red.
- Si bien el canal de intermediación de compras gestionado por CENABAST es el segundo más utilizado por los hospitales para adquirir fármacos e insumos, representando alrededor del 25% del gasto anual en estas adquisiciones en 2023, también presenta desafíos en cuanto a la puntualidad de las entregas. De los pedidos gestionados en dicho periodo, un 33% llegó antes de la fecha programada, mientras que un 43% experimentó retrasos, con un promedio de 9,1 días adicionales sobre lo comprometido.
- El canal de compra denominado ‘Compra Coordinada’, que permite a varios hospitales unir esfuerzos para adquirir insumos al consolidar la demanda, y que podría reducir los precios entre un 5% y un 30%, actualmente representa solo el 5% de las licitaciones. Un mayor uso de este canal permitiría una mayor eficiencia de los recursos disponibles.
- Otro factor que afecta la eficienca en los procesos de compras de hospitales, y limita la adquisisción segura de productos, es el bajo porcentaje de dispositivos médicos que cuentan con registro sanitario (proceso por el cual el ISP evalúa calidad, seguridad y efectividad de un producto). Si bien en Chile la normativa en torno a los fármacos exige que el 100% de estos cuente con registro sanitario antes de ser comercializados, dicha disposición no es obligatoria para la mayoría de los dispositivos médicos. De ahí, que el 99,98% de los que se venden a nivel local, no cuentan con dicho registro.
- La Ley de Fármacos II (LF2), que se discute desde 2015, ha avanzado lentamente debido a diferencias en torno a fármacos, pero no así en dispositivos. Al respecto la CNEP propone separar el actual proyecto de ley para discutir estos dos temas de forma independiente.
- Respecto a la gestión de inventarios, la baja capacidad para precisar la merma asociada a las compras de estos insumos se debe a diversos factores, entre los cuales se encuentran: la existencia de bodegas periféricas que pueden albergar alrededor del 40% del inventario sin un control adecuado; la infraestructura deficitaria de las bodegas, tanto en capacidad como en calidad; y la diversidad de herramientas de gestión, que pueden restringir la gestión interna, como la consolidación del stock de insumos a nivel de la red. A modo de ejemplo, estimación a partir de auditoría de la Contraloría General de la República sugiere una merma de 1,28% en fármacos, mientras que el valor promedio de dicho indicador en los compromisos de gestión asociados a los hospitales es cercano a 0,66%. Por otro lado, no se cuenta con merma asociada a dispositivos médicos y la capacidad para medir la merma en las bodegas periféricas es casi nula.
- La CNEP identificó estrategias a nivel nacional como internacional que permiten mejorar la gestión de inventario de hospitales mediante asociaciones público-privadas, donde el rol del privado es prestar servicios de recepción y consolidación de despachos, servicios de última milla e inversión de equipamiento para la gestión de inventarios en los hospitales a los cuales se presta servicio. La evidencia internacional sugiere disminución del 23% en inventarios y cumplimiento del 99,96% en la entrega, a nivel nacional se encuentra la reducción del costo de almacenamiento en un 70%.
Miércoles , 13 noviembre de 2024. Treinta y unhallazgos que identifican y muestran desafíos urgentes a abordar, y treinta recomendaciones que, de ser implementadas, contribuirán en optimizar la gestión de compras y el manejo de inventarios de fármacos y dispositivos médicos en hospitales, es lo que contiene el estudio “Eficiencia en la Gestión de Compras y Manejo de Inventarios en Hospitales” elaborado por la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad (CNEP).
Desafíos en proceso de compra
Un elemento fundamental en el proceso de compra de medicamentos y dispositivos médicos que realizan los hospitales, es la definición, selección y consolidación de los mismos. Para ello, cada recinto cuenta con un grupo de profesionales (Comité de Farmacia y Terapéutica), cuyo funcionamiento se rige en base a una normativa que estipula sus funciones, composición y detalles de su operatividad administrativa, no así de aspectos más de fondo técnico.
Si bien cada hospital determina la forma en que funciona dicho comité, existen ciertas similitudes en la forma en que operan, por ejemplo en los procedimientos para añadir o dar de baja fármacos o dispositivos,las que deben identificar atributos del fármaco o dispositivo,contar con fundamentación técnica, de costos, entre otros aspectos.
Por otra parte, la CNEP identificó que la declaración de conflictos de interés (comités de farmacia), al momento de solicitar cambios en el arsenal de insumos, no es una exigencia, de hecho no forma parte de los temas y directrices incluidos tanto en la normativa como en los manuales. En línea con lo anterior, no se identificaron actas públicas ni solicitudesrelacionadas con estos procesos.
Diversos estudios sobre el tema, sostienen que existe evidencia sobre la influencia de la industria sobre las decisiones de los comités, y que por lo mismo, es un área que puede ser abordada a través de múltiples estrategias (declaración de conflictos, exclusión de personas con intereses en decisiones específicas, consideración universal de nuevos fármacos, formación de comitésduales, entre otras ).
Otro elemento relevante asociado a los comités,es el relacionado con la transparencia y fundamentación de las decisiones. Al respecto la OMS (2003) ha precisado que deben difundir información acerca de sus actividades, decisiones y recomendaciones al personal encargado de poner en práctica sus decisiones, y que la falta de difusión impacta negativamente en la credibilidad de las decisiones tomadas. A la vez ha enfatizado que la transparencia de las decisiones debe ser garantizada, para de esa manera evitar los conflictos de interés, enfatizando que los miembros no deberían tener vínculos con compañías farmacéuticas, o bien, deberían declarar abiertamente las relaciones existentes.
Al respecto, la CNEP advierte que la declaración de conflictos de interés en el proceso de solicitud de incorporación (o baja) de un fármaco o dispositivo médico, es fundamental para asegurar la integridad de la toma de decisión. Esta reduce los riesgos de sesgo y favoritismo. Declarar estos conflictos permite a los comitésevaluar y gestionar adecuadamente cualquier influencia potencial que pueda surgir de dichas relaciones, y es clave, para proteger la atención del paciente y mantener la confianza pública.
En base en lo anterior, la CNEP recomienda que se establezca la obligatoriedad de publicar actas, fundamentar decisiones y gestionar de manera adecuada posibles conflictos de interés.
Otra de las principales brechas identificadas, es la baja capacidad de los comitéspara evaluar las tecnologías sanitarias que se adquieren, analizar su eficacia, seguridad y costo-efectividad. En comparación con otros países, Chile no cuenta con una política nacional integral que oriente de manera uniforme las decisiones clínicas, lo que debilita la coherencia del sistema de salud.
En el ámbito local, la implementación de una institucionalidad que vele por la evaluación de tecnologías sanitarias basada en evidencia (ETESA) sigue siendo incipiente. Por un lado, se identifica un esfuerzo en el Instituto de Salud Pública (ISP), y por otro, en el Ministerio de Salud (MINSAL), el que se orienta sobre todo hacia medicamentos de alto costo y garantías de salud.
Una institucionalidad ETESA consolidada permitiría un análisis más robusto y uniforme sobre la efectividad sanitaria y el impacto económico de las tecnologías sanitarias adquiridas por la red, proporcionando evidencia para respaldar decisiones clínicas. No obstante, se debe considerar que el aporte de este tipo de institucionalidad no sería exclusiva hacia los comités, sino también considera la evaluación de tecnologías innovadoras, sobre todo en fármacos de alto costo, por lo que instaurar una institucionalidad de este tipo debe considerar dicho aspecto también.
La CNEP recomienda que aspectos esenciales que se deben considerar en el funcionamiento de una institucionalidad con estas características, son la vinculación de sus evaluaciones con el sistema de salud y su grado de independencia. En vista que, la implementación de esta institucionalidad puede tomar tiempo, la CNEP recomienda hacer uso de fondos públicos concursables para ir avanzando en evaluaciones sanitarias para la red que sean relevantes de abordar hoy en día.
Otra de las brechas identificadas, es que los costos de fármacos y dispositivos médicos utilizados en ciertas cirugías varían en más de un 50% entre hospitales, lo que refleja la ausencia de listas uniformes de insumos clínicos y genera ineficiencias en la planificación y ejecución de las compras. Una de las herramientas que destaca la CNEP para reducir estas diferencias es la denominada paquetización, entendida como la elaboración de listas estándar de fármacos, dispositivos médicos y demás insumos necesarios para procedimientos específicos, aplicables a intervenciones similares en distintos hospitales.
Aunque algunos Centros Regionales de Resolución (CRR) han comenzado a introducir la paquetización en ciertos procedimientos quirúrgicos, esta práctica no se ha generalizado a todos los hospitales, limitando su impacto. La falta de coordinación y experiencia ha dificultado que la paquetización se convierta en un estándar a nivel nacional.
Para enfrentar estas deficiencias, la CNEP recomienda que MINSAL implemente piloto de paquetización y trazabilidad de insumos clínicos en coordinación con los Servicios de Salud y hospitales. Este piloto se centraría en cirugías de baja complejidad, con el objetivo de definir canastas estándar de insumos y monitorear su uso efectivo.
¿Qué riesgos presenta el modelo de compra que utilizan hospitales?
Al abordar la gestión de compras de fármacos y dispositivos médicos en hospitales, la CNEP, además de precisar la participación de los distintos canales de compra, subraya el papel fundamental que desempeña el canal de Intermediación gestionado por la Central de Abastecimiento (CENABAST). Este canal representa aproximadamente el 25% del gasto hospitalario anual en estas adquisiciones. A través de la consolidación de compras en grandes volúmenes, la intermediación ha logrado generar ahorros significativos que en 2023 alcanzaron alrededor de 130 millones de dólares, optimizando recursos que difícilmente podrían obtenerse mediante compras individuales.
Sin embargo, la CNEP advierte que una debilidad de este canal, es la baja resiliencia que genera a la red el adjudicar a un único proveedor productos de uso transversal en la red, aumentando el riesgo de afectar la continuidad operacional de buena parte de los hospitales, por ejemplo, ante retiros o cuarentenas sanitarias. Esta situación obliga a detener una parte importante de la actividad asistencial y obliga a los hospitales recurrir a compras menos eficientes como el Trato Directo.
Como medida para mitigar los riesgos identificados, la CNEP sugiere la incorporación de adjudicaciones múltiples en los procesos de intermediación de este tipo de productos, con el fin de fortalecer la resiliencia del sistema ante interrupciones de suministro y asegurar opciones de reemplazo inmediato. Si bien, este mecanismo podría incrementar los costos (prima por riesgo), resulta fundamental comparar este posible aumento con los costos sanitarios y pecuniarios asociados a la suspensión de prestaciones debido a la falta de insumos. La CNEP recomienda, como alternativa adicional, utilizar el Convenio Marco para la compra de estos insumos estratégicos. Esta alternativa ofrece una opción similar en términos de resiliencia a la adjudicación múltiple en los procesos de intermediación, y debería tomar un menor plazo implementarla.
Otra oportunidad identificada, para hacer un uso más eficiente de los recursos, es el canal de compra coordinada, el cual permite que varios hospitales se unan para realizar licitaciones conjuntas, obteniendo mejores precios al aumentar el volumen de compra. A diferencia de la intermediación, en este esquema cada hospital gestiona directamente sus contratos sin comisiones adicionales, lo que reduce los costos operativos a nivel de establecimiento. La evidencia sugiere que este mecanismo podría bajar los precios entre un 5% y un 30%. Sin embargo, su adopción sigue siendo limitada, representando un 5% de las licitaciones en Mercado Público, aproximadamente. Ampliar el uso de la compra coordinada permitiría optimizar los recursos del sistema de salud sin comprometer la calidad de la atención.
Además, la CNEP busca impulsar la adopción de bases administrativas tipo para promover un proceso de compra más eficiente en los hospitales y brindar mayor certeza contractual a los proveedores. Aunque el uso de bases tipo es obligatorio cuando existen, según un dictamen de la Contraloría General de la República, actualmente no se dispone de ninguna base tipo en el sector salud.
En cuanto a la gestión del canal de intermediación de CENABAST, la CNEP identifica diversas mejoras orientadas a lograr una mayor eficiencia en el gasto, así como en la oportunidad y completitud de la entrega y en la logística inversa. En este sentido, el informe ahonda en la necesidad de evaluar, y actualizar rutinariamente, el valor de la comisión de 7% que cobra dicha entidad a los hospitales por la gestión de las compras intermediadas.
De acuerdo a datos de CENABAST del 2023, el 43 % de los pedidos intermediados llegaron con retraso promedio de 9,1 días, mientras que el 33 % se entregó antes de lo programado. Una consecuencia de lo anterior es que entre enero y septiembre de 2023, se justificaron al menos unos 4 millones de dólares en compras producto del incumplimiento parcial o total del despacho de intermediación.
Por otra parte, se considera que las entregas anticipadas también pueden presionar la capacidad de almacenamiento de los hospitales debido principalmente a la restricción de espacio para este fin y la baja inversión en infraestructura. La evidencia recopilada por la Contraloría General de la República sugiere que el almacenamiento en áreas no habilitadas, o que no se encuentran en condiciones óptimas, es un problema común en la red pública de salud.
Si bien, el Convenio de Desempeño de Alta Dirección Pública para la dirección de CENABAST establece metas de cumplimiento para la entrega de insumos, su medición presenta limitaciones, ya que la oportunidad se evalúa según el mes de entrega y no según la fecha específica acordada. La CNEP propone ajustes al convenio de desempeño para incorporar nuevas mediciones y metas en línea con lo observado internacionalmente.
Otro aspecto que requiere atención es la logística inversa, un proceso mediante el cual los hospitales devuelven productos (defectuosos, próximos a vencer o sujetos a alertas sanitarias) al proveedor o fabricante para su reemplazo o eliminación segura.
Un elemento clave de este proceso es el uso de las cartas de canje, documentos que deben acompañar productos con fecha de vencimiento menor a la estipulada. Estas cartas permiten a los hospitales solicitar reposición o nota de crédito si el producto caducará antes de ser utilizado. Sin embargo, entrevistas con hospitales revelan problemas en su implementación: las cartas de canje no siempre se entregan con los productos, obligando a gestionar reclamos a través de CENABAST, y los proveedores demoran en retirar productos canjeados o retirados por alerta sanitaria.
Como resultado, los hospitales deben custodiar estos productos, ocupando espacio y personal para gestionar estos retiros. La CNEP sugiere incorporar multas en las bases de intermediación para garantizar un cumplimiento más eficiente en la logística inversa, siguiendo la normitiva estipulada por el ISP.
Casi totalidad de dispositivos médicos en Chile no tiene registro sanitario que asegure su calidad
Un aspecto central del análisis de la CNEP, es que Chile tiene una baja cobertura de registro sanitario en torno a los dispositivos médicos que se comercializan actualmente.
Esto, de acuerdo a variada evidencia recogida en el marco de este trabajo, tiene un conjunto de consecuencias: eleva el riesgo de adquirir productos sin control adecuado y dificulta el uso de canales de compra que puede aumentar la eficiencia de las compras. En contraste, países como Estados Unidos, mediante la FDA, y la Unión Europea disponen de marcos regulatorios sólidos para dispositivos médicos, con clasificaciones claras que aseguran estándares mínimos de calidad y seguridad.
De acuerdo a las entrevistas realizadas en el marco de este estudio, esta situación genera complicaciones en elaboración de bases técnicas para las diferentes modalidades de compra, permite la compra de productos de baja o desconocida calidad.
Al respecto, evidencia sobre la regulación europea destaca que una legislación robusta no solo aumenta la seguridad en el uso de los dispositivos, sino que también facilita la retirada de productos defectuosos.
La CNEP estima que en Chile se comercializan cerca de 57.000 dispositivos médicos, pero solo 10 de ellos cuentan con registro sanitario. Sin embargo, su incidencia en el gasto hospitalario es significativa: en 2023, estos dispositivos representaron aproximadamente el 60% del total destinado a fármacos e insumos médicos, alcanzando un monto cercano a los 900 millones de dólares.
La CNEP señala que ampliar la cobertura del registro sanitario para dispositivos médicos en Chile no solo garantizaría una mayor calidad, seguridad y eficacia en las compras públicas, sino que también simplificaría los procesos de adquisición.
En torno a la regulación en este tema, se detalla que en Chile, tanto los dispositivos médicos como los fármacos, se encuentran bajo el mismo marco legal: el Código Sanitario (DFL 725).
Cabe precisar que la Ley de Fármacos II (LF2), que intenta abordar la regulación de ambos tipos de productos, ha enfrentado múltiples retrasos desde 2015. El análisis de la CNEP identifica que dicha demora se debe en gran medida a la discusión en torno a fármacos, no así en dispositivos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha enfatizado la importancia de desarrollar regulaciones claras y adaptadas a la realidad de los dispositivos médicos. En este sentido, ha sugerido que las autoridades regulatorias nacionales adopten criterios de convergencia internacional, permitiendo que los dispositivos médicos aprobados en otras jurisdicciones confiables, como la FDA o la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), sean reconocidos sin necesidad de repetir los procesos de evaluación. Esta práctica, conocida como Reliance & Recognition, confianza y reconocimiento mutuo, permitiría acelerar los registros y reducir la carga administrativa.
Estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), indican que la implementación de un sistema eficiente de registro sanitario en Chile requeriría una inversión inicial de $1.018 millones de pesos en el primer año, alcanzando un gasto anual proyectado al quinto año de $1.497 millones.
En este contexto, y siguiendo los ejemplos internacionales, la CNEP plantea la conveniencia de separar la discusión regulatoria de dispositivos médicos de la de fármacos. Par ello se sugiere hacer un nuevo proyecto de ley que tome los articulados asociados a dispositivos que están en el actual proyecto de LF2 para ser obligatorio el registro sanitario de los dispositivos médicos, entregando mayores atribuciones al Instituto de Salud Pública (ISP) en la supervisión de dispositivos y haciendo explícita la posibilidad de aceptar estándares y certificaciones internacionales por parte del ISP.
Asimismo, considerando que hoy MINSAL tiene las atribuciones para solicitar registro sanitario, se precisa la necesidad de avanzar, en paralelo a la propuesta de proyecto de ley anterior, en la elaboración de una lista prioritaria de dispositivos que requieran registro sanitario, que considere la tipología de riesgo, su incidencia en el gasto hospitalario e impacto en la continuidad operacional. Además, se enfatiza en la necesidad de establecer plazos razonables para la implementación del registro, siguiendo las recomendaciones de la OMS, que sugiere un período de adaptación de tres a cinco años para facilitar la transición hacia un sistema regulado.
La red de salud en Chile necesita un sistema de trazabilidad y los hospitales una mayor gestión de sus inventarios
Al conceptualizar la trazabilidad como la capacidad de identificar, registrar y seguir el recorrido de un producto a lo largo de toda la cadena de suministro, desde su origen hasta su destino final —proceso considerado fundamental para prevenir fraudes, optimizar la gestión y garantizar la seguridad del paciente—, la CNEP advierte que la red de salud en Chile necesita un sistema con estas características.
Respecto a la trazabilidad a lo largo de toda la cadena de suministro, es necesario realizar esfuerzos a nivel público y privado, considerando la relevancia sanitaria, de seguridad y presupuestaria, de poder contar con información precisa y en tiempo real de la distribución y dispensación de los fármacos y dispositivos médicos. La evidencia compara sugiere plazos de 5 a 7 años para implementar medidas como esta, que involucra inversión, capacitación y mejoras regulatorias. Las primeras referencias de sistemas de este tipo se encuentran en Turquía y la Unión Europea, aunque también ya se observa su implementación en Brasil y Argentina.
Desde el punto de vista de seguridad, incidentes como el decomiso récord de ketamina en 2024 y el aumento del 1.000% en la incautación de productos farmacéuticos entre 2021 y 2022 evidencian la necesidad urgente de implementar sistemas de trazabilidad para fármacos y dispositivos médicos. Robos a camiones de transporte de medicamentos y la presencia de insumos falsificados agravan aún más la situación. Según datos del Pharmaceutical Security Institute y la Organización Mundial de la Salud (OMS), sin un sistema eficiente de trazabilidad, es difícil realizar retiros rápidos de productos del mercado y mitigar los riesgos de productos defectuosos o falsificados.
En cuanto a la gestión de inventarios en los hospitales, según los datos recolectados por MINSAL en 2023 de 85 hospitales, el 61% de los establecimientos utiliza un sistema de desarrollo propio, el 22% emplea un sistema ERP comercial, el 13% planillas de Excel y el 4% no cuenta con un sistema. Auditorías realizadas por la Contraloría General de la República (CGR) han revelado que en muchos casos, un mismo hospital utiliza múltiples métodos para gestionar su inventario, lo que genera discrepancias entre los registros electrónicos y los stocks físicos. Esta situación favorece la aparición de productos vencidos, pérdidas de medicamentos y dificulta la planificación de nuevas compras, generando un impacto negativo tanto en la eficiencia operativa como en la calidad de la atención.
El problema se releva aún más con el almacenamiento de productos en zonas que no cumplen con la normativa exigida por la autoridad sanitaria. Una primera aproximación sugiere que alrededor del 40% del inventario hospitalario, se almacena en bodegas periféricas. Al mismo tiempo, se indica que dichos productos, quedan fuera del control de las unidades de gestión, y que cerca del 60% de ellos, podría no estar inventariado.
Evidencia entregada por hospitales, en el marco del estudio, dan cuenta de que se han detectado medicamentos y dispositivos guardados en baños, oficinas y áreas no habilitadas dentro de los establecimientos. Esta situación no solo refleja un bajo control del inventario, sino también una infraestructura deficitaria, que lleva a mantener productos en áreas no habilitadas para este fin.
La merma de medicamentos y dispositivos traen consigo consecuencias económicas significativas. En 2022, una auditoría de la CGR a un establecimiento de salud de alta complejidad detectó diferencias en el registro de inventario por más de 351 millones de pesos. Otro informe de auditoría realizado a los Servicios de Salud, da cuenta que entre 2017 y 2018, la merma de medicamentos ascendió a 4.464 millones de pesos, lo que equivale al 1,28% del valor total de las adquisiciones en 2022. Estas pérdidas superan con creces el 0,66% reportado en los compromisos de gestión (COMGES) de ese año, que solo consideran las mermas en bodegas centrales, sin incluir las de bodegas periféricas ni los dispositivos médicos.
A nivel internacional, la adopción de estándares como GS1 ha demostrado ser efectiva para optimizar la trazabilidad. El programa Scan4Safety del NHS en Inglaterra, por ejemplo, mejoró la seguridad del paciente, redujo costos operativos y minimizó pérdidas mediante la automatización de procesos. Un estudio de McKinsey (2012) destaca que la implementación de tecnologías electrónicas y estándares internacionales podría generar beneficios equivalentes a 15 o 20 veces el costo de inversión en un plazo de 10 años. Estos avances permitirían reducir los inventarios entre un 15% y un 30%, evitando compras innecesarias, optimizando el uso de espacios y los recursos disponibles.
Chile ha experimentado algunos avances en la automatización logística, como los pilotos realizados en hospitales como el Instituto Nacional del Cáncer (INC), San Borja Arriarán y San Juan de Dios (HSJD) en 2006, en los que se implementó el estándar GS1 para la identificación de productos. Como resultado se observó una reducción de un 80% en el tiempo destinado al ingreso de productos al sistema de gestión de inventario de la bodega del INC, y de un 90% en el HSJD. Además, los tres establecimientos lograron trazar los medicamentos desde la recepción hasta su dispensación al paciente y visibilizar en línea los inventarios en bodegas y farmacias . Asimismo, por medio de esfuerzos locales, el Hospital Regional de Antofagasta consiguió disminuir en un 78% la merma de insumos entre 2021 y 2022, redistribuyendo insumos próximos a vencer hacia áreas de mayor demanda. Sin embargo, estos casos aislados no son suficientes para resolver las deficiencias estructurales que enfrenta el sistema de salud chileno.
Otro factor que afecta la gestión, es la falta de integración entre los sistemas de inventario utilizados por diferentes instituciones, para lo cual un paso previo es la identificación única de productos. Actualmente, CENABAST y Mercado Público operan con códigos propios para la identificación de productos, mientras que los hospitales tampoco manejan un estándar para la gestión interna. Esto dificulta la interoperabilidad, la planificación conjunta de adquisiciones y la trazabilidad a lo largo de la cadena de distribución. La falta de identificadores dentro de la red pública también limita la capacidad del sistema para vincular consumo con prestaciones, complicando la toma de decisiones respecto a las adquisiciones y la generación de información relevante para la planificación presupuestaria.
La experiencia internacional ofrece modelos replicables para Chile. El NHS del Reino Unido, externalizó y centralizó las actividades de soporte, entre ellas la logística de insumos, a la entidad NHS Supply Chain. A través de este modelo logró reducir el exceso de stock de inventarios y mejorar la eficiencia al centralizar compras y consolidar pedidos. El Seguro de Salud peruano, EsSalud, por su parte, implementó un sistema logístico a través de una asociación público-privada (APP) con resultados notables: disminución del 23% en inventarios y cumplimiento del 99,96% en entregas puntuales, esto a través de la reducción de la merma y más información de los inventarios. La aplicación de un modelo similar en Chile podría aliviar la presión sobre la infraestructura hospitalaria, además de mejorar las condiciones de almacenamiento y control de inventario, la distribución de insumos y facilitar la introducción de equipamiento destinado a la gestión de inventarios dentro de la red pública.
La coordinación entre instituciones públicas y privadas será clave para consolidar un modelo eficiente que garantice el control de inventarios en tiempo real y asegure la disponibilidad de productos esenciales en toda la red hospitalaria.