En su segundo tiempo Bachelet busca recomponer relación con los empresarios ante bajo crecimiento

Pulso

26 de abril de 2016

 

Gobierno apunta a tender puentes tras el deterioro por reformas tributaria y laboral. La Agenda de Productividad ha sido el caballito de batalla para ello y la presencia activa de la Presidenta y sus ministros en Icare y la CPC, la mejor señal del nuevo trato. Sector privado valora cambio, pero aún está escéptico.

LEJOS han quedado episodios como el de Enade 2014, en que un tibio recibimiento al ex ministro de Hacienda, Alberto Arenas, contrastó con un acalorado aplauso al entonces presidente de la Confederación de Producción y del Comercio (CPC), Andrés Santa Cruz, o, en el caso más reciente, la ausencia de la Presidenta Michelle Bachelet en la Cena Anual de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) en octubre de 2015, por una visita a Aysén.

Ahora el escenario parece distinto y bastante. La mandataria no sólo asistió el martes pasado por primera vez a un foro Icare -que  no fuese un encuentro Enade -, sino que  su participación no se limitó a su intervención, quedándose a escuchar las demás exposiciones hasta el final de la cita.

La decisión de la Presidenta sorprendió no sólo a los asistentes, sino que también a sus ministros, que debieron cambiar reuniones que ya estaban agendadas para acompañarla.

El foro denominado “Productividad Ahora” se refería justamente al tema que está reencontrando al Ejecutivo y al sector empresarial, ya que les permite una mirada común, lejos de la confrontación que han significado las reformas tributaria y laboral, que terminó deteriorando la relación en los dos primeros años de Gobierno.

Señales de Palacio

Pero las señales de La Moneda no se detuvieron. Horas más tarde y mandatados por la Jefa de Estado, el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, junto al de Economía, Luis Felipe Céspedes, llegaron hasta la sede de la CPC para coordinar y materializar las propuestas coincidentes con la agenda del Gobierno.

Hace cuatro meses que los asesores de los ministerios de Economía y Hacienda habían comenzado a conversar más activamente con el sector privado, bajo la lógica de que pronto terminarían de discutirse la simplificación tributaria y la reforma laboral, y el camino estaría más despejado para hablar de otros temas. Es decir, para partir el segundo tiempo rearticulando la relación con los privados.

También hay un diagnóstico transversal entre las autoridades del ámbito económico en torno a que Chile “se durmió en los laureles” y se dejó llevar por el alto precio del cobre, sin avanzar en ningún otro sendero. Su solución es ampliar la matriz productiva, lo que en estos momentos de fuerte desaceleración se hace más urgente.

A ello se suma que muchas de las mesas público-privadas que en dos años se reunieron para analizar diversas materias, hoy cuentan con una agenda más concreta. Por ejemplo, Economía con la Sofofa parten la próxima semana con los eventos en regiones para hablar de productividad, y luego conocer la propuesta de desarrollo productivo de cada zona. Comienzan en Coyhaique y el 25 de mayo estarán en Concepción.

“Los privados se ven menos ideologizados y dispuestos a potenciar otros temas, que seguir hablando del reemplazo interno que un tiempo se tomó los discursos. Estamos en el segundo tiempo con una agenda bien concreta para trabajar”, comenta una fuente ministerial.

Y para potenciar todo el espectro de temas, en el Gobierno armaron una estrategia que va desde conversar con las dirigencias gremiales, hasta llegar a los “reales empresarios” de cada rubro. Recalcan que muchas veces los voceros gremiales están muy cerrados con algunos puntos del debate público, mientras que los segundos están más receptivos a introducir mejoras en sus procesos productivos o abrirse a nuevos canales de venta, dejando de lado las diferencias por una reforma  u otra.

Los jefes de las ramas de la CPC concuerdan en justificar  esta nueva “cara”del Gobierno en la real preocupación porque las proyecciones del mercado nuevamente apuntan a un crecimiento bajo, no superior a 2%. El presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Jorge Mas, sostiene que “esto nace de una necesidad de poner el país en marcha en términos económicos”.

Asimismo, el titular de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Patricio Crespo, señala que “qué duda cabe que ahora que nos necesita el Gobierno, ha demostrado mayor interés y está más sensible a nuestra situación”. Mientras, el timonel de la Cámara Nacional de Comercio, (CNC), Ricardo Mewes, estima que “aquí, para bien, (el Gobierno) ha tomado el peso que significa el crecimiento del país para el desarrollo. Desde ese punto de vista hay un entender que, pasado todo este proceso de reformas profundas que han impulsado, nada más podemos hacer si no tenemos un país que crezca a unas tasas razonables”.

Para el presidente de la Sofofa, Hermann von Mühlenbrock, “la  señal de la Presidenta es muy potente. Me parece positivo que el Gobierno, después de malas reformas busque alguna manera de paliar el efecto de éstas con un trabajo mejor en términos de que mejore su eficiencia y productividad”. En ese sentido, considera  que con esta agenda de productividad “hay una parte psicológica de que los biorritmos mejoran. Hay una sensación ambiental mucho mejor”.

Dentro del Gobierno no comparten la tesis de que a la Presidenta nunca le ha importado el crecimiento, y esgrimen que desde el día uno y todas las semanas se reúne el gabinete económico para analizar la agenda y los proyectos de inversión; que han presentado una agenda energética y otra de innovación; y que crearon una comisión para destrabar inversiones.

“Más bien parece que ahora en el discurso público se coloca el crecimiento por arriba, y este tema empieza a colonizar el esfuerzo político”, comenta una alta fuente de Palacio. Es más, recalcan que en el Ministerio de Hacienda es prioridad la agenda de los 22 puntos para la productividad y cada asesor está enfocado en sacar rápido los proyectos de ley, o los actos administrativos necesarios para cumplirla.

 Factor Salas

Desde el sector privado consideran que el presidente de la CPC, Alberto Salas, ha dado los primeros pasos para este acercamiento, haciendo gala de un sentido mucho más pragmático de pensar que ya la cancha está sembrada con las reformas tributaria y laboral, por lo que hay que asumirla, y mejor concordar “qué tipo de árboles se plantan a los lados”. A  ello se suma que la CPC ha mostrado una posición más dialogante que la Sofofa, que se jugó contra las reformas sin muy buenos resultados. “Está replegada porque aún está golpeada por haber perdido”, comenta un privado.

A ello se suma la buena relación que tiene Bachelet con Salas, lo cual habría ayudado a que el Ejecutivo tomará el guante lanzado por timonel de la multigremial, cuando anunció la creación de la Comisión de Productividad de la CPC. Tres meses más tarde, la propia mandataria lanzaría oficialmente la Comisión Nacional de Productividad para  asesorar al Ejecutivo, liderada por Joseph Ramos.

No obstante, también hay empresarios que son escépticos respecto de esta intención de tender puentes, porque creen que las reformas impactarán negativamente en la inversión y no hay medida que pueda contra ello.

Líderes de las ramas de la CPC retratan esta distancia señalando que las señales del Gobierno no bastan, sino que deben ser plasmadas en hechos concretos. “En la medida que las señales efectivamente se conviertan en leyes y un montón de acciones reales, van a empezar a retomarse las confianzas”, sostiene Jorge Mas. Mientras Crespo advierte que “el problema es que tenemos abierto el tema más sensible de todos: el constitucional”.

De hecho, el propio presidente de la CPC asevera que “junto con implementar medidas puntuales a favor de la productividad, es indispensable recuperar las certidumbres y la confianza para generar un clima favorable a la inversión. Para eso, hay que despejar incertidumbres que aún persisten, como la que genera la gran interrogante de la reforma constitucional”.

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Fuente: Pulso, 26 de abril de 2016

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